Ni fiesta ni siesta: los españoles trabajamos demasiado (y mal)


En España seguimos con el cambio: de época, de partidos, de generación y hasta de clima. Pero nuestros horarios no. Eso no cambia. Somos de los pocos países de nuestro entorno que entra a trabajar pasadas las 9h y el único que se acuesta de madrugada después de leer libros o consumir pantalla en vena. Un país donde dormimos poco -53 minutos por debajo de la media europea- y follamos menos. Donde acecha el invierno demográfico y las parejas se rompen porque no se ven o duermen juntos sin hablarse en días. Donde los pocos hijos que deja caer alguna cigüeña despistada a través del manto de contaminación se aburren viendo la tele o dándole a la Play como aprendices de robot. Donde muchas mujeres y hombres, en una involución digna de Ray Bradbury, ya ni quieren, ni pueden, ni esperan tener hijos. Por no hablar del absentismo, el fracaso escolar, el estrés o la siniestralidad laboral.

Un país de retrasos

Todo guarda una estrecha relación con los horarios que organizan nuestra vida: la jornada en la oficina -si la tenemos, claro-. Y esa es la tesis que Ignacio Buqueras, presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE), mantiene desde hace una década. Diez años en los que, según este pionero en un país de retrasos -horarios-, "los políticos nos han traicionado y no han querido hacer absolutamente nada con este tema". Esos mismos políticos que, "desde Cayo Lara, secretario general de Izquierda Unida, hasta Mariano Rajoy, presidente del gobierno y líder del Partido Popular, en las distancias cortas te dicen que el problema y la solución son de sentido común pero luego siempre se olvidan".

Buqueras hace una excepción: "Es verdad que hay hombres en puestos clave de partidos, empresas y sindicatos que consideran que oponerse a esto no sería políticamente correcto, pero la verdad es que no tienen la valentía suficiente para dar un paso adelante, es más, hacen todo lo que pueden para que no suceda nada... Eso sí, con los nuevos Reyes es diferente: nos han recibido en la primera audiencia de 2015 y eso es importante, y luego se han puesto nuestra pulsera amarilla para promocionar el cambio de horarios en España".

Salir más tarde y cobrar menos

No todo es malo. Según Buqueras, hay empresas españolas, "pequeñas y grandes", que "ya están aplicando horarios racionales", alguna también "del Ibex 35". Estas empresas "han mejorado la productividad, incluso algunas más de lo que pensaban, han reducido los gastos, entre ellos los energéticos, porque no es lo mismo estar hasta las 20h con todo encendido que apagar a las 17h". Aunque los pasos atrás abundan. Desde "los ministerios con las luces encendidas y la calefacción o el aire acondicionado enchufados hasta la noche", hasta patas y charcos dialécticos como del ex presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán [hoy en prisión] que, "dijo en una rueda de prensa que los españoles, en plena crisis, tendrían que hacer un esfuerzo y salir más tarde del trabajo y ganar menos".

Los datos, pese a las protestas y a la labor de concienciación de ARHOE, corroboran las palabras del ex propietario del Grupo Marsans: según la Encuesta de Coyuntura Laboral de 2013 -que antes era trimestral y ahora es anual- el presentismo de los españoles fuera de sus jornadas laborales pasó en los dos años anteriores del 45% al 85%. Más horas que se han ido apoyando, como vaticinaba Ferrán, en una reducción de los salarios.




Ignacio Buqueras (izq.) dice que los políticos "en las distancias cortas te dicen que el problema y la solución son de sentido común, pero luego siempre se olvidan".



Sincronizados con Hitler

Sin tiempo -o con demasiado y mal organizado-, afirma Buqueras que "vivimos sumidos en una maratón laboral" que en su germen, en la raíz del problema, es un reflejo de nuestro pasado reciente: estamos fuera de nuestra zona horaria natural -meridiano de Greenwich-, que deberíamos compartir con Londres. El motivo es iluminador: llevamos así más de 70 años, en concreto desde 1942, cuando Franco decidió colocarnos -o colocarse él, mejor dicho- en la zona horaria de influencia alemana para hacer un gesto a Hitler. Desde ese año, llevamos una hora de retraso. "A Zapatero le dije 'oye, ya que estás con la Memoria Histórica, esto sería importante', y también se lo he comentado a Rajoy, pero nada".

Pero eso no lo justifica todo: ni "el presentismo", que Buqueras identifica como uno de nuestros grandes males -"esa cultura basada en abandonar la oficina solo cuando lo ha hecho el jefe"- ni las "comidas y cenas de trabajo demasiado largas" -con vino y negocios que se concretan después de varias copas- en las que "muchos directivos de otros países se quejan porque no entienden esa pérdida de tiempo". El presidente de ARHOE lo ha vivido en sus carnes: "Muchos te dicen que al día siguiente tienen que subirse a un avión a las siete de la mañana y que no pueden salir de una cena de trabajo tan tarde... o que han terminado esa cena preguntándose qué era lo que realmente habían acordado". En otras palabras: borrachos como pequeñas cubas.

Reuniones de café, copa y puro

Otro flanco son las reuniones de empresa, que en estas latitudes ibéricas siguen siendo, salvo excepciones, un caos imprevisible sin guión "ni orden del día ni hora de salida". Este factor, según Buqueras, "frena la competitividad y la eficiencia" y es "inaceptable". Aquí, de nuevo, las horas y la organización previa son relevantes: "No deberíamos celebrar ninguna reunión después de las 18h ni sin hora de finalización". Y no digamos si acabamos de llegar de meternos entre pecho y espalda un menú de dos platos con postre y café.

¿Competitividad es, como decía Ferrán, condenado por varios delitos financieros, "quedarse hasta más tarde" en el curro y "ganar menos"? La respuesta está en las horas de trabajo y en la productividad laboral de los países de la Unión Europea: según la OCDE trabajamos casi 300 horas más que nuestros vecinos alemanes pero nuestra economía es menos productiva. Vivir mejor es trabajar mejor, y viceversa: Buqueras, que este año "complejo y crucial" dejará su sillón como presidente de ARHOE a José Luis Casero, cree que "la jornada laboral ideal debería consistir en salir del trabajo a las 16:30h-18h y entrar entre las 7:30h y las 9h, con un desayuno previo fuerte y una parada para comer de no más de 45 minutos, siempre teniendo en cuenta la flexibilidad y que no es lo mismo una oficina que un taxista o una tienda".

Buqueras ha mandado una carta "a todas las formaciones políticas explicando la problemática". Ahora la pelota está en su tejado: "Hemos creado un grupo de trabajo para analizar todos los programas de los partidos y ver si finalmente incluyen alguno de estos aspectos, y luego, antes de las elecciones municipales y autonómicas de mayo, ARHOE ofrecerá una rueda de prensa para que el ciudadano tenga las cosas claras a la hora de votar".

http://www.vice.com/es/read/los-espanoles-trabajamos-demasiado-y-mal-876



Indisposición general. Ensayo sobre la fatiga Martí Peran



La irreversible crisis institucional y la transformación de las formas del trabajo han desembocado en el predicado Do it yourself: hazlo por ti mismo y para ti mismo. En el marco de esta nueva consigna de producción, el sujeto se ha confundido con la hiperactividad de su auto-explotación. El resultado es una fatiga creciente, una indisposición que se generaliza a diario. En esta tesitura, el reto que nos incumbe ya no consiste en restablecernos como pretende la ideología Do it, sino en explorar las posibilidades de un derecho de fatiga que nos mantenga separados del programa. En el interior mismo de nuestra intensidad de fatiga es imprescindible hallar las posibles fugas de una extraña redención: desaparecer en lo común, suspender el hacer y elucubrar la muerte.



http://www.hiru-ed.com/COLECCIONES/PENSAR/Indisposicion-general-ensayo-sobre-la-fatiga.htm

De la esclavitud al trabajo asalariado


De la esclavitud al trabajo asalariado. Economía histórica del trabajo asalariado embridado.
Yann Moulier-Boutang


La constitución del trabajo asalariado oculta algunos enigmas históricos de envergadura. Con la generalización del trabajo asalariado, el capitalismo se presenta, en comparación con los sistemas que le precedieran, como portador de libertad. Sin embargo, consagra una dependencia en el plano económico, por más que ésta se opere entre personas jurídicamente «libres». La tensión entre capitalismo y democracia se manifiesta desde la acumulación primitiva y reaparece sin cesar. Históricamente, el trabajo asalariado libre no es, por lo demás, sino la punta visible del iceberg del trabajo dependiente. La esclavitud de las plantaciones, la segunda servidumbre, el trabajo bajo contrato de los migrantes, el trabajo forzado colonial o en campos de concentración, son anomalías recurrentes y duraderas. ¿No reclamó acaso el movimiento obrero en sus estatutos la abolición de la esclavitud del trabajo asalariado? ¿Cómo puede explicarse que el desarrollo del capitalismo opere al mismo tiempo en favor de la construcción del contrato «normal» y de los dispositivos contrarios del esclavismo? Este libro propone una respuesta: la búsqueda del control de la fuga de los siervos, de los esclavos, de los engagés y de los pobres representa el principal elemento que determinara el nacimiento del mercado de trabajo. La fuga de los trabajadores es el dinamismo de la creación y la destrucción de las instituciones del mercado de trabajo, pero también el de la competencia capitalista y de la acumulación. La ruptura unilateral de la relación laboral ha de ser explorada si queremos comprender los verdaderos sujetos colectivos de la historia, así como de la economía, y reintegrar la historia de los siglos XVI-XVIII en la historia global del capitalismo y de la economía mundo.



http://www.akal.com/libros/De-la-esclavitud-al-trabajo-asalariado/9788446019770

Aumentan las ofertas de trabajo a cambio de comida y un techo, pero sin sueldo


El riesgo es que las bandas capten a esos trabajadores y cobren después por el trabajo
Surgen también demandas de gente que haría de todo por tener dónde cobijarse
Las ofertas pueden constituir delito si hay abuso del drama de la persona empleada



Por un plato de lentejas y un techo bajo el que dormir. Es la oferta de la nueva esclavitud del siglo XXI, que aprovecha la desesperación de los trabajadores para ofrecerles empleo a cambio de alojamiento y manutención, sin sueldo ni paga alguna.

Los anuncios con estas ofertas corren en los portales de empleo de internet y la desfachatez de algunos de esos aprovechados empleadores llega hasta el punto de exigir, a aquellas personas más desesperadas, que para conseguir ese trabajo que sólo se remunera con comida y cama deben aportar referencias, ser educadas, presentar aptitudes y demostrar buena predisposición para hacer todo aquello que se les pida. "Y sin malos rollos, ni problemas, ni nada de drogas o alcohol", exigen algunos de esos anunciantes.

Estas ofertas en busca de esclavos dejan claro, ya en la primera línea del enunciado, que la opción de un sueldo nunca va a llegar. Los empleadores más "piadosos" abren, sin embargo, la posibilidad de una paga. Como el anunciante de Ciudad Real que tiene claro a quién va dirigida su oferta: "Busco a persona necesitada que me ayude como vigilante y mantenimiento de pequeña empresa dedicada al ramo del automóvil a cambio de alojamiento y manutención. Más adelante ya hablaríamos de ayuda económica, incluso sueldo".

Laura Pelay, responsable de bienestar y trabajo de UGT Catalunya, califica estos anuncios como la muestra más cruel del "trabajo esclavo". Considera que su publicación debería bastar "para perseguir, incluso por la vía penal, a las personas que lanzan esas ofertas". Un fiscal consultado por La Vanguardia comparte que la infracción laboral queda evidente en esas ofertas (no hay contrato, ni sueldo, ni Seguridad Social) y apunta que la persecución penal también podría ser factible "si se demuestra que hay un abuso de situación de necesidad con la persona que accede a aceptar ese trabajo, al no tener otra salida, en unas condiciones laborales que perjudiquen, supriman o restrinjan sus derechos". 

Está recogido en el artículo 311 del Código Penal y las penas previstas en estos casos "va de los seis meses a los tres años de prisión", indica el abogado Fernando Portolés. Este letrado se pregunta, sin embargo, "si un trabajador puede renunciar o no a un sueldo por un trabajo y cobrar sólo en especies, en estos casos comida y cama". En esta nueva esclavitud lo que no hay, recalca el mismo fiscal, "es un engaño pues en los anuncios se deja claro que no se va a cobrar un euro por ese empleo". Y en caso de juicio seguro que muchos de esos anunciantes, añade, declararían que hacían una obra de caridad".

Para Esther González, responsable de la sección de dependencia de UGT Lleida, no hay excusa que valga ni ninguna duda de que esos anuncios son perseguibles por fomentar la explotación y esclavitud de los trabajadores más desesperados. Y alerta de que el próximo estadio de esas ofertas, tras constatarse un incremento de personas dispuestas a trabajar sólo por ese plato de lentejas y una cama, podría ser la aparición de bandas organizadas decididas a lucrarse de esta realidad ligada a la alta tasa de paro que hay en España. "Esas bandas podrían estar detrás de los anuncios y alojar y mantener a esos trabajadores en casas patera para después distribuirlos por diferentes domicilios particulares, a cuyos propietarios sí se cobraría por el trabajo realizado", alerta Esther González. Si eso ocurriera y estos anuncios dieran el salto del ámbito particular a la delincuencia organizada, "hablaríamos ya de otro delito, en caso de mover a esos trabajadores por el territorio español, como es el de trata de seres humanos", apunta el fiscal.

Algunos anunciantes intentan disimular esas ofertas como si se tratara de un voluntariado. "Estoy buscando a joven sencillo y disponible para colaboración en mantenimiento de finca de Barcelona. Preciso un ayudante de carácter familiar con unas condiciones como aprendiz voluntario. Lo máximo que puedo ofrecer es formación y alojamiento gratis en plan compañeros. Yo también he sido voluntario", reza el anuncio. Laura Pelay desmonta el intento de este empleador. "La ley de voluntariado está muy bien regulada, al igual que los contratos en prácticas, así que este anuncio no es más que otro ejemplo de búsqueda de un esclavo para la explotación laboral", afirma.

La mayoría de estos anuncios van dirigidos a mujeres y la oferta de empleo incluye tareas domésticas en el hogar y cuidado de niños y ancianos. A cambio de trabajar sin sueldo, algunos de esos anunciantes sí que garantizan a los candidatos "trato familiar". Pero con eso sólo no se vive. En algunos de los portales de internet donde se cuelgan estos anuncios empiezan ya a aparecer textos, escritos por las mismas personas a las que van dirigidos, que critican con dureza esas demandas de empleo sin derecho a sueldo. "¿Qué se han creído? -se pregunta una mujer dispuesta a trabajar como empleada del hogar-. ¿Que trabajamos por amor al arte? ¿Que no tenemos facturas y demás? ¡Qué morro! ¡Lo quieren todo por nada, y cuando se es interna, el alojamiento y manutención no se cuenta! Sé de lo que hablo. De lo contrario es como estar pagando por trabajar. Pagan un asco y luego los ves irse de viajes caros, cenas, chorradas varias, chalet... y luego te van llorando que no pueden pagar más. Encima te exigen coche, que conlleva un buen gasto, pero les da igual".

Aunque no hay que olvidar que entre esos anuncios con ofertas que sólo ofrecen comida y cama por trabajar hay también muchas demandas de personas que se ofrecen a realizar tareas domésticas, cuidado de ancianos y niños o trabajos en el campo sólo por el alojamiento y la manutención. Para Laura Pelay y Esther González esos anuncios de personas dispuestas a trabajar sin sueldo "sólo son el ejemplo del fracaso de las políticas de empleo de este país y de la desesperación de muchas personas que no ven otra salida que ser explotadas".

Carmen, madre separada de Jerez: "Me piden sexo al verme desesperada"

Carmen tiene 47 años y una hija de 8. Está en el paro desde hace meses (su vida cambió al dejar a su esposo por malos tratos) y sus únicos ingresos (166 euros por una pensión mínima) apenas le dan para pagar el alquiler de la casa. Carmen, temerosa de que un día ella y su hija puedan quedarse tiradas en la calle, es una de esos anunciantes que se muestran dispuestos a trabajar por un plato de comida y un techo bajo el que dormir. “Primero ponía anuncios en los que me ofrecía a trabajar por horas, a sueldo, en tareas domésticas o cuidado de niños, pero entonces empezaron a aparecer anuncios de otras personas que renunciaban a una paga y sólo pedían alojamiento y manutención”. Para competir por un puesto de trabajo no le quedó otro remedio –afirma esta mujer– que renunciar también al sueldo y modificar el anuncio.

Y entonces recibió algunas llamadas. Recuerda dos: una desde Sevilla y otra de Zaragoza. Eran familias que estaban dispuestas a que hiciera las tareas domésticas de sus casas a cambio de comida y alojamiento. Al final ninguna de esas ofertas llegó a materializarse, “ya que recibí las llamadas cuando mi hija estaba ya matriculada en el colegio y un cambio, a mitad de curso, es complicado”.

Carmen sobrevive, de momento, con la ayuda de sus padres y amigos. A su desesperada situación hay que añadir otro riesgo cuando se cuelga uno de esos anuncios. Carmen ha recibido muchas llamadas de personas que no buscan precisamente contratarla (si es que puede llamarse así ofrecer cama y comida) para realizar tareas domésticas. “Lo más duro de todo esto es que en los últimos meses he recibido llamadas de muchos hombres que quieren aprovecharse de mi desesperada situación y me proponen sin ningún pudor sexo a cambio de dinero”.

Una explotación que se vende como favor

“Busco señora o señorita para el cuidado del hogar y de niños. No puedo pagar. A cambio ofrezco alojamiento y manutención”. Es uno de los anuncios que destapan esta nueva modalidad de esclavitud. Y el puesto estaba ayer aún vacante. La demanda la hace una pareja de la zona de Benidorm, que busca empleada de hogar a jornada completa. Tienen una niña de 7 años y ellos trabajan por las noches, así que esa trabajadora (a la que no pueden pagar) tiene que pasar también las noches en el domicilio. La excusa que dan estos empleadores, al preguntarles por qué no ofrecen un sueldo, es que ellos trabajan a comisión. “Así que dependemos de lo que nosotros ganamos para poder pagar por esas tareas”, afirma el hombre. Y puntualiza que en la casa tampoco hay mucho trabajo y que las tareas son descansadas.

Si se insiste y se muestra interés por ese empleo, que sólo ofrece alojamiento y manutención, el autor del anuncio se estira un poco y promete, en caso de que la persona candidata sea de su agrado, “pagarle cincuenta euros a la semana”. Un sueldo, si se tiene en cuenta que el trabajo es prácticamente a jornada completa con noches incluidas, muy lejos del mínimo establecido para las tareas domésticas. Hablar de un contrato o de seguridad social, en estas condiciones, es como predicar en el desierto. La percepción, al consultar los detalles de estas ofertas de empleo, es que los autores de esos anuncios no tienen la sensación de estar haciendo nada ilegal. Más bien al contrario. Piensan que con estas condiciones están ayudando a personas como Carmen, la vecina de Jerez que teme quedarse sin casa el día que ya no pueda pagar el alquiler

Algunos ejemplos de trabajos sin cobrar

Las páginas de internet han visto crecer, en los últimos meses, los anuncios clasificados de trabajo donde se requiere trabajar sin cobrar. A continuación, algunos ejemplos.

Busco limpiadora

Busco mujer de 45 a 55 años, que quiera compartir bonita habitación en piso a orilla del mar en el Maresme, a cambio de limpieza, alojamiento y manutención si sabe algo de cocina. El trabajo es de 1 h diaria, y podrá tener otra ocupación. Es un anuncio muy serio. Alcalá de Henares (Madrid)

Limpieza a cambio de habitación

Busco chica para las tareas domésticas 4 horas de lunes a viernes a cambio de alojamiento en habitación propia y manutención (con posible pequeño sueldo). Si tienes niño o niña, también es compatible. Alcalá de Henares (Madrid).

Busco señora o señorita

Busco señora o señorita para el cuidado del hogar y de niños. No puedo pagar. A cambio ofrezco alojamiento y manutención. Benidorm

¿Cansada de todo?

Si estás cansada de problemas, no encuentras empleo, decepcionada de tanta falsedad y egocentrismo, si te gustan los animales y la vida en entorno natural, si buscas realmente un cambio de rumbo en tu vida, si buscas sentirte útil y valorada, te ofrecemos alojamiento y manutención a cambio de convivencia y ayuda en alguna tarea que te guste de los animales. Por favor, no escriban parejas ni con cargas, se podría valorar si tienes un niño/a pequeño. Jerez de la Frontera (Cádiz)

Vigilante y mantenimiento

Busco persona necesitada, que me ayude como vigilante y mantenimiento de una pequeña empresa dedicada al ramo del automóvil. A cambio de alojamiento y manutención, si tiene conocimiento de mecánica ¡mejor! Más adelante ya hablaríamos de ayuda económica, incluso sueldo. Hombre mayor de 55 años. Más detalles por teléfono. Ciudad Real

Busco persona para trabajar

Busco persona educada. Nada de drogas, alcohol ni malos rollos ni de problemas a cambio de comida y alojamiento y un poco de dinero al mes, para empezar en marzo. En camping. Granada

Ayuda con persona anciana

Se busca persona para ayuda en el cuidado de persona de 72 años válida, a cambio de alojamiento, alimentación... Trato familiar. Bilbao

Tareas del hogar

Se necesita chica para tareas del hogar y servicio doméstico. A cambio se da alojamiento, es en una urbanización de Numancia de la Sagra. Toledo

Alojamiento, manutención y trabajo


Ofrecemos acogida, alojamiento y manutención, ropa, a madre soltera (un solo hijo o sin) que lo necesite. Es en Madrid, pero costeamos el desplazamiento en caso de estar en otra ubicación. Necesita tener conocimiento de computadoras y manejar internet. Así como cocinar y hacer quehaceres del hogar. ¡No es nada de sexo! Ni raro. ¡Anuncio serio!


http://www.lavanguardia.com/vida/20150228/54427724367/oferta-trabajo-comida-techo-sin-sueldo.html



Nedd Ludd y la reina Mab.


Ediciones MOAI.

Ned Ludd y la Reina Mab. Destrucción de máquinas, Romanticismo y los Comunales de 1811-1812. Un brillante amanecer espera el día humano, cuando todo intercambio de los regalos naturales de la tierra sea un comercio de buenas palabras y trabajos; cuando la pobreza y la riqueza, la sed de fama, el miedo a la infamia, a la enfermedad y a la aflicción, la guerra con sus millones de horrores, y el fiero infierno solo vivan en la memoria del tiempo.
La reina Mab, P.B. Shelley


Leer/descargar: aquí







Lucha sin líderes ni dirigentes






Lágrimas de sangre: Ningún presidente pasa hambre






«Autogestión y fábricas recuperadas, creando igualdad»


Con la participación de José Luis Carretero (Solidaridad Obrera), Conchi Piñeiro de la Red de Economía Alternativa y Solidaria (REAS) y Andrés Ruggeri (Programa Facultad Abierta de la Universidad de Buenos Aires sobre las fábricas recuperadas argentinas).

Las fábricas recuperadas por los trabajadores y las iniciativas autogestionarias constituyen una muestra real de como puede construirse una sociedad más allá del capitalismo. Y tenemos con nosotros a Andrés Ruggeri, experto en las recuperadas argentinas y del resto del globo y animador incansable de los Encuentros Internacionales "La ·Economía de los Trabajadores", un espacio de debate, autoformación y construcción de sinergias para todos los activistas comprometidos con la autogestión productiva más allá de cualquier frontera. No perdamos la oportunidad de charlar con él.






El juez condena a la joven insumisa electoral a 270 euros o 45 días de prisión


Nuria Zurita y su abogado piensan recurrir hasta lograr la absolución. No descartan acudir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos

La joven presentó un escrito a la Junta Electoral alegando objeción de conciencia y motivos ideológicos

La defensa advierte que debe ponerse en una balanza si la carta de derechos fundamentales, que recoge la libertad de conciencia, es inferior a la ley que ha condenado a la joven



Finalmente el juez ve culpable a la joven insumisa de Hervás de un delito electoral por no acudir a la mesa en las europeas de mayo de 2014. El Juzgado de lo Penal número 1 de Plasencia ha impuesto a Nuria Zurita una pena de 270 euros o 45 días de prisión si no paga (aunque no tiene antecedentes, sí tendría que cumplirlos si no abona la multa).

La sentencia impone una pena por debajo la ley, adaptada a la situación económica de la joven --está en paro y no recibe prestaciones--. Pero Nuria no se conforma con el resultado y recurrirá hasta lograr la absolución.

El pasado 25 de enero se sentó en el banquillo acusada de un delito por el que la Fiscalía le pedía una pena-multa de 4.800 euros o 8 meses de prisión.

Explica que no acudió a la mesa como vocal ejerciendo su derecho de objeción de conciencia. El motivo que esgrime, es que no comparte el sistema parlamentario, ni el modo en que se articula la Ley Electoral y las elecciones.

Crescencio Canelo, abogado de la joven insumida, ha transmitido a este diario que los argumentos utilizados por el juez pueden ser “razonados”, aunque la sentencia no es “razonable”. Por ello agotarán todas las vías legales hasta lograr la absolución. Hasta el Constitucional si es nececario, y en caso contrario a instancias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

El letrado explica que en este caso el juez ha sobrepuesto una ley por encima de algo que viene recogido en la Carta Universal de Derechos Humanos: la libertad ideológica y de conciencia. En este caso, el derecho a objetar y no participar en un proceso electoral que la condenada no comparte.

Convicciones libertarias

La propia Constitución Española recoge el derecho activo de los españoles a ejercer su derecho al sufragio universal, a no hacerlo o votar en blanco o nulo. Nuria critica que ha sido condenada por no querer sentarse en una mesa, manteniendo su coherencia con sus convicciones ideológicas 'libertarias'.

Por ello la defensa advierte que debe ponerse en una balanza si la carta de Derechos Fundamentales, que recoge la libertad de conciencia, es inferior a la ley que la ha condenado. Una ley que fue marcada por otro lado hace 30 años, lo que a su juicio puede entenderse como “caduca y no acorde con la realidad social del momento en el que se producen los hechos".

Cabe recordar igualmente que en aquellas elecciones los periódicos remarcaban el caso de un hincha del Atlético de Madrid que tenía una entrada para ver la Final de la Champions. Se libró de ir a la mesa electoral tras presentar un recurso ante la Junta Electoral. Sus argumentos convencieron y fueron suficientes.

¿Qué dice la sentencia?

En su sentencia el juez no considera que los argumentos de Nuria estén por encima de un sistema democrático que recoge el derecho al sufragio y la participación de los españoles. Pero al mismo tiempo hace algunas reflexiones interesantes de analizar.

Reconoce el “desgaste y desprestigio” de algunas de nuestras instituciones, a causa del “comportamiento escasamente edificante de algunos de nuestros dirigentes políticos”. Algo que “repercute y redunda en una cuasi generalizada pérdida de confianza de la ciudadanía en un número cada vez más elevado de nuestros gobernantes que, a modo de onda expansiva, socava y erosiona la propia credibilidad en nuestro sistema de representación política”.

Una vez que reconoce el propio juez una falta de credibilidad de la ciudadanía hacia la clase política, argumenta que este estado de cosas “no puede servir de base para amparar y justificar actitudes de rebeldía o insumisión a los mandatos de una ley que, por definición, en un sistema democrático como el nuestro, es justa y precisamente, la expresión de la voluntad popular”.

Así apunta que no se puede justificar cuando el motivo esgrimido para apartarse del sendero marcado por la norma “razones de conciencia, materializadas en el albergue de una determinada ideología, escéptica respecto al sistema de representación política”. “Resulta difícilmente protegible, si se tiene en cuenta su abierta pugna con una de las mayores conquistas de una sociedad, como la española (que, huelga recordar, hasta épocas nada remotas, había estado obligada a permanecer de espaldas toda forma participación política), y que es la propia democracia, con su paradigma “un hombre, un voto”, que entrega al pueblo, con independencia del origen o la extracción de sus miembros, el poder para decidir sobre su propio destino”.

“No por tópico deja de ser menos verdad, que la grandeza de la democracia radica su capacidad para acoger o albergar bajo su manto, incluso las personas más críticas y beligerantes con ella, y ello aunque el propósito de los mismos no sea otro que el de cambiarla o, incluso, el de arrumbarla”. "De ahí que no considerándose el deber conculcado, a saber, la participación como miembro en una mesa electoral, como inconciliable con el motivo de conciencia o ideológico esgrimido por la inculpada"-

¿Qué piensa la joven?

Frente a este veredicto, Nuria Zurita deja claro que continuará hasta el final y que no comparte en absoluto el dictamen. Y es que comenta que ella no siente una desafección hacia la clase política. “No es por las corruptelas, sino por un sistema parlamentario que no comparto”. “Además el juez comenta que existen mecanismos para transformarlo desde dentro...”

El motivo que le llevó a no participar, completamente meditado y reflexionado, reside en que piensa que el poder está "ostentado por una minoría, por lo que el sistema no me gusta y no creo que funcione nunca". Define al poder como una “oligarquía”. “Mi desacuerdo no es solo contra las personas que están dentro, es con las instituciones en sí mismas, que son las que generan gente así”.

“No estoy de acuerdo con que la política se haga una carrera. La política es propia de cada uno cuando nos relacionamos con los otros. Esa es la política que yo busco y no la de 'una persona un voto'; eso es simplificar hasta el mínimo nuestra naturaleza política.

Así entiende que la política no es ir a votar una vez cada cuatro años, tiene que ser un gesto diario, habitual en la vida de las personas, en la forma de relacionarse, de vivir, y de practicarla con la gente más cercana, con la sociedad más cercana.

http://www.eldiario.es/eldiarioex/sociedad/condena-joven-insumisa-electoral-prision_0_480503014.html


El Trabajo: El robo de la vida



“¿Qué es el bombardeo al juez,
el secuestro del industrial,
el ahorcamiento al político, el disparo al policía,
el saqueo a un supermercado,
el incendio de la oficina del jefe,
el apiedramiento al periodista,
el abucheo al intelectual, la golpiza al artista,
frente a la alineación mortal de nuestra existencia,
el sonido del despertador demasiado temprano,
el atochamiento en el tráfico,
los bienes en venta alineados en los estantes?”


La alarma te despierta otra vez -demasiado temprano, como siempre. Sales del calor de tu cama hacia la ducha en el baño, te afeitas, cagas, te lavas los dientes o, si tienes tiempo, comes algunos huevos con pan tostado y un café. Sales volando para ir a luchar con el atochamiento o con las muchedumbres en el metro, hasta que llegas… al trabajo, donde te pasas el día realizando tareas que no eliges, en asociación obligada con otros involucrados en tareas parecidas, cuyo objetivo principal es la continua reproducción de las relaciones sociales que te obligan a sobrevivir de esta manera.

Pero esto no es todo. En compensación, recibes un salario, una suma de dinero que luego entregas en los centros comerciales o supermercados para comprar comida, ropa, artículos de primera necesidad y entretenimiento. Aunque a esto se le considera “tiempo libre” en oposición al “tiempo del trabajo”, es también una actividad obligada que garantiza en segundo lugar tu supervivencia. Su principal propósito también es reproducir el orden actual existente. Y para la mayor parte de la gente, el tiempo libre de esas restricciones es cada vez menor.

Según la ideología dominante, este modelo de existencia es el producto del contrato social entre iguales -esto es, iguales ante la ley. El trabajador, se dice, acuerda vender la fuerza de su trabajo al propietario a cambio de un salario acordado mutuamente. Sin embargo, ¿cómo puede ser libre e igualitario un contrato, si una de las dos partes tiene todo el Poder?

Si miramos desde más cerca el contrato, está claro que no es ningún contrato, sino la más violenta y extrema extorsión. Esto es más escandalosamente evidente en los márgenes de la sociedad capitalista, donde la gente que ha vivido por cientos (o miles, en algunos casos) de años a su propia manera, se encuentra con su capacidad para determinar las condiciones de su existencia, arrebatada por las máquinas aplanadoras, las motosierras, los equipos mineros, etc, de los amos del mundo.

Este proceso que se ha llevado a cabo a través de cientos de años, involucrando un descarado robo de tierra y de vidas a larga escala, aprobado y llevado a cabo por la clase dominante. Privados de los medios para determinar las condiciones de su existencia, no se puede decir, honestamente, que los explotados estén aprobando un contrato libre e igualitario con quienes les explotan. Esto es un caso de chantaje evidente.

¿Y cuáles son las condiciones de este chantaje? Los explotados son forzados a vender su tiempo de vida a sus explotadores a cambio de su supervivencia. Y esta es la verdadera tragedia del trabajo. El orden social del trabajo se basa en la impuesta oposición entre vida y supervivencia. El problema de cómo uno se las arreglará suprime el problema de cómo esta persona quiere vivir, y con el tiempo todo parece natural y uno reduce sus sueños y sus deseos a las cosas que con el dinero puede comprar.

Sin embargo, las condiciones del mundo del trabajo no solo se aplican a aquellos que trabajan. Uno fácilmente puede ver cómo, a partir del miedo de quedarse en la calle o el temor al hambre, la gente desempleada es atrapada por el mundo del trabajo al buscar un empleo. Más o menos lo mismo sucede con aquellos que viven de las ayudas del Estado, cuya supervivencia depende de la existencia de la burocracia de la asistencia social, incluso para quienes el evadir el trabajo se ha vuelto una prioridad, el centro de las decisiones de uno giran entorno a estafas, hurtos en tiendas, reciclando de la basura -todas las maneras de arreglárselas sin un empleo. En otras palabras, las actividades que podrían estar bien para sustentar un proyecto de vida se vuelven un fin en sí mismo, haciendo del proyecto personal de vida uno de simple supervivencia. ¿De qué forma se diferencia esto, realmente, de tener un trabajo?

Pero, ¿cuál es la base real del Poder detrás de esta extorsión que es el mundo del trabajo? Las leyes y los juzgados, las fuerzas policiales y militares, las multas y las prisiones, el miedo al hambre y a quedarse en la calle, por supuesto -aspectos reales e importantes de la dominación. Pero incluso la fuerza de las armas del Estado solo puede tener éxito al llevar a cabo su tarea a través de la sumisión voluntaria. Esta es la base real de toda dominación -la sumisión de los esclavos, su decisión de aceptar la seguridad de la miseria y de la servidumbre conocida, por encima del riesgo de la libertad desconocida, su voluntad de aceptar una supervivencia asegurada pero sin color, a cambio de la posibilidad de vivir realmente, lo cual no ofrece ninguna garantía.

Así, para acabar con nuestra esclavitud, para movernos más allá de los límites de la simple supervivencia, es necesario tomar la decisión de rechazar la sumisión; es necesario empezar a reapropiarnos de nuestras vidas aquí y ahora. Esto nos ubica, inevitablemente, en un conflicto con el orden social del trabajo en su totalidad. De esta forma, el proyecto de reapropiación de la existencia de uno debe ser también el proyecto de destrucción del trabajo. Cuando digo “trabajo” no me refiero a la actividad en la que una persona crea los medios para su propia existencia (la cual idealmente nunca estaría separada de la vida de uno y del hecho de vivir) sino más bien a una relación social que transforma esta actividad en una esfera separada de la vida de esa persona, poniéndola al servicio del orden dominante de tal forma que esta actividad deja de tener relación directa en la creación de su propia existencia. En vez de eso solo se le mantiene en el campo de la simple subsistencia (a cualquier nivel de consumo) por medio de una serie de mediaciones en las que la propiedad, el dinero y el intercambio de mercancías están entre los más importantes. En el proceso de recuperación de nuestras vidas ese es el mundo que debemos destruir, y esta necesidad de destrucción hace de la reapropiación de nuestra existencia, junto con la insurrección y la revolución social, un solo proyecto.