"En una sociedad donde la explotación es fundamentalmente técnica, los oprimidos no forman una clase, puesto que no son sino prótesis de la máquina, masas hechas a imagen del mundo urbano en el que sobreviven. No les define la recepción de un salario a cambio de un trabajo, sino el ser piezas de un engranaje que les obliga a consumir y endeudarse en un espacio enclaustrado y condicionado, el de la economía de mercado."

Miguel Amorós