El bipartito PPSOE y sus marcas blancas.

UPyD y Equo (Compromiso-Equo en la Comunidad Valenciana) son las dos nuevas plataformas políticas que ha creado el Estado para lavarse la cara en estos momentos de crisis económica e institucional. Por eso las está financiando con el dinero de todos en cantidades brutales, y promocionándose en aquellos medios de comunicación que controla directamente. Ahora que el PSOE e IU (así como los sindicatos) sufren un desgaste muy importante de cara a la opinión pública (que cada vez ve más clara la estafa que tienen montada, con episodios grotescos como la reforma laboral y la huelga general ), la función que tienen UPyD y Equo, como marcas blancas, es recoger (cuidar) los votos que ahora no puede recibir el PSOE, pero que le volverán dentro de 4 u 8 años, como ya hemos visto tantas veces en el caso de IU, ERC, etc. Si ahora el PSOE (y, con él, el Estado) no recibe esos votos a través de sus marcas blancas, tal vez los habrá perdidos para siempre. Ejes votos no cambiarán nada, ni podrían hacerlo, y precisamente en esto consiste el sistema partitocrático: en mantener siempre el statu quo (la estafa de los de siempre, que viven de nosotros y nos mandan, ahora con unas siglas y ahora con otras), eso sí, con una apariencia de alternancia de coloretes para tenernos entretenidos, crédulos y dóciles.



El Estado necesita votos en las urnas para asegurar su autoridad, su "derecho a mandar" a los ojos de la población. Esa autoridad se verá cuestionada si hay pocos votos, y eso es un peligro que el Estado debe evitar a cualquier precio. Cuando la suma de la abstención, del voto en blanco y del voto nulo llega a ser muy importante, hasta el punto de superar los votos válidos (como ha ocurrido en las pasadas elecciones locales de mayo en lugares como Barcelona y Guipúzcoa), ellos tiemblan. Literalmente. El estatus de la casta constituida como Estado y como gran capital, la viabilidad del sistema que lideran de cara al futuro, se tambaleante. Saben que se va creando una masa social hostil al actual sistema de dictadura política y al poder que detentan. Por lo tanto, la abstención activa, consciente, es un arma nuestra, de los gobernados, del pueblo. Una de las que nos quedan y que podemos usar para poner en juego su poder, el de quienes nos tienen indignados.



Votando al PPSOE ya sus marcas blancas (CiU, UPyD, IU, Equo, PNV, ERC ...), estás votando bipartidismo, es decir, continuismo. Más de lo mismo. Estás dándole tu permiso personal a quienes detentan el poder político (en la "clase política"), autorizándolos explícitamente por parte tuya, a hacer y deshacer a su antojo, a seguir 4 años más viviendo como reyes, haciéndose se de oro, engañándote y reprimiendo-té, tratándonos como lo que somos: súbditos suyos. Y de momento, todavía necesitan nuestro permiso para seguir haciendo todo esto y teniéndonos como súbditos. Entonces, ¿por qué se lo das? ¿De unos vuelos más de lo mismo? ¿Es que todavía no hemos tenido suficiente? ¿Te gusta ser un esclavo, un estafado, no pintar haba? ¿Te gusta que se rían de ti y de todos nosotros mientras ellos siguen medrar y despreciando con nosotros?

No votando, no sólo no estás votando bipartidismo, sino que es la única manera de hacerlo en contra. Mientras sus medios de comunicación nos "sugieren" que ahora votamos este colorete o aquel otro, que ahora lo que "mola" es éste o aquél, a los súbditos nos toca no obedecer, ignorar esas estafas burdas de cuento para niños y hacer el boicot a las elecciones no libres. Es la única manera de cambiar algo: votar en contra de ellos ya favor nuestro, es decir, abstenerse. El único voto útil para el pueblo, el único voto democrático, es el voto ejercido en la asamblea. La única democracia es la asamblea. Digamos no al engaño colectivo, a la estafa, a la dictadura, en las elecciones no libres. No a las plataformas fascistas, estatalistas y militaristas pintadas de rosa, de verde o de tutti-frutti. No a los criminales y no a las marcas blancas de los criminales. No a los vividores estafadores. Digamos-los no, porque decimos sí a la libertad.

Hagámosles temblar, debilitamos los mismos, y seremos más fuertes en la batalla siguiente, que debemos preparar a conciencia. Nunca mejor dicho, porque la principal es la batalla de la conciencia.

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